Tiesto

Para sacar los pies del tiesto
hay que arrancar la raiz
de nuestro sometimiento.
Hay que quemar las academias
de los intelectuales
las iglesias de los banqueros
las bolsas de los ladrones
las carceles de los propietarios
las escuelas de los legisladores
los congresos y los periodicos
las librerias de los economistas.

Para volar hacia donde queramos
hay que acabar de un plumazo
con todos los dioses
con todos los amos.

Insomnio

Totalitario Insomnio
¿Será eso lo que me impide dormir?
¿O tus ojos pidiéndome audiencia?
¿El color que no consigo en la mezcla?
¿Las tribulaciones financieras
de un sistema agonizante?

No viene el tal Morfeo a mi rescate
y las musas deben estar ligándose
a algún otro que sea mejor partido.
¿Qué estará pensando Chávez ahora
sobre los esbirros del emperador?
¿Por qué mi cama está tan sola?

¿A que viene que mis ojos
se queden boquiabiertos
y en mi boca cerrada sí entren moscas?
¿Qué será lo que me impide dormir?
¿Quizás que quiero ser libertador
de mi propio sometimiento?

Me parece que no es para tanto
ir dando palos de ciego
cuando estoy despierto
y ver las cosas claras solo cuando sueño.
Mi entorno ya me ahoga
y mi mochila está esperándome.

¿Mis zapatillas también están dispuestas?
¿Iré mañana a leer de nuevo El Capital?
¿Merece la pena estudiar las grandes teorías
acerca de la resistencia?
Y tu no estas entre mis sábana, susurrándome
¡Hasta la victoria siempre!.

Voy a estallar en los mil hombres que soy
y esparcido por mi celda de castigo
¿Al fin podré dormir?
Quizás despierte en el milagro de tus brazos
o me reencuentre en la lucha
coloreando la bandera blanca.

Devorando el mundo

Tengo las preguntas a todas las respuestas,
estoy permanentemente en construcción
cavando nuevas trincheras
cerrando viejas heridas
para dejar hueco en mi piel
para las tuyas

Con todos los frentes abiertos en la guerra de la vida,
sin rendirme en ninguno
porque cualquier renuncia
es una derrota inutil
un bocado irremplazable
en el menú del ahora.

Vencer es morir devorando el mundo

Metropolis

Oigo por ahí que la mecanización
fue un desastre para el hombre,
que ahora cien robots sustituyen
a miles de obreros.
Y reflexiono...
(A veces caminando por las calles
de la ciudad que amo
o en ocasiones sobre mi cama
mas o menos solitaria).
Pienso en los habitantes de Metrópolis
marcados con la marca del dolar
como en un campo de concentración.
Y aunque me gustaria intuir humanidad
o la sonrisa de Chaplin
lo que siento es el desanimo
ante los logros del Capital:
puesto que las verdaderas máquinas hoy
son los seres humanos
y sus latidos metálicos