domingo, 7 de octubre de 2007

Nada se pierde, todo se transforma

NADA SE PIERDE, TODO SE TRANSFORMA

Nada se pierde, todo se transforma,
aunque el tiempo parezca esfumarse
en nuestras manos
aun cerrando los puños intentando
blindarlas.

Acomplejado círculo, sencilla ecuación
de suma cero,
incognita que danza los ritmos del azar
de un lado a otro de la fórmula.

Salto al vacío, memoria y porvenir,
agujero negro que conecta
ambas galaxias:
rodeo a la velocidad de la luz
que obvia el presente.

Somos cambio, tiempo encarnado,
imposible apropiación de los deseos,
empeñados en parar el baile anárquico
del devenir inoportuno,
a la deriva por el mar de los relojes.

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