sábado, 1 de marzo de 2008

La belleza de lo lento

Me invade el desaliento,
la belleza de lo lento
se me escapa
al ritmo de mis latidos
veloces.

Voy recorriendo el camino
a toda prisa
no siento la brisa
y me olvido del oxígeno
que hace vivir.

Me invade la angustia
de la velocidad
que me aleja de la paz
a saltos de gigante:
soy solo guerra
y estallido.

Los grilletes de los relojes
me marcan el paso
soy esclavo con sus lazos
apretados,
militar que desfila sin mirar
a quien dispara.

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