lunes, 10 de marzo de 2008

Tambores de guerra

Cuando se adquiere la capacidad de ver
nos despojamos de la capacidad de callar
aunque las palabras reboten en los oidos
porque no hay mas sordo que el que nunca escucha.

Ya nunca se tendrá el dominio sobre el silencio
porque la indignación querrá que en nuestros labios
nazca el grito que haga caer todos los velos
que desate el nudo que nos amarra el cuello.

Cuando desmontamos uno a uno los ladrillos
que nos entierran mas acá de nuestro ombligo
se desvanecen lo efectos del cloroformo
y el oxígeno comienza a alimentar
nuestros pulmones desacostumbrados...

El aire que a cada bocanada nos ahoga
hará que desafiantes retumben
tambores de guerra en nuestra garganta.

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