Que la libertad no oprima,
me tope con este aviso sobre un muro
en el barrio viejo de Donosti.
Y me pregunto desde entonces
cada vez que me sobresalta el estallido
del despertador
si soy libre
como dicen los titulares de los periodicos
cuando atacan al nuevo orden latinoamericano,
como repiten los discursos politicos una y otra vez
para minimizar el descenso de nuestros salarios.
Que la libertad no oprima.
Acaso la mas eficaz dominación
es la carcel del lenguaje
Y aunque lo cuestiono todo,
a pesar de resistirme ante el abrazo del confort
en los momentos débiles en que todo mi cuerpo
me pide rendición
siento como pesan sobre mi espalda cansada
las palabras prostituidas
amenazantes desde los ojos de los otros
que ya no ven el peligro.
Que la libertad no oprima.
Llevo grabado el graffiti en mi garganta
para poder saborearlo.
Quiero sentirlo cada vez que respire,
axfisiado entre las rejas invisibles
de las que quizás no se pueda escapar
ni atomicamente,
ni anatomicamente,
lo que viene a ser lo mismo,
ahora que somos solo átomos insignificantes
en un entorno nuclear.
Que la libertad no oprima
En el futuro acaso sea una realidad,
hoy es solo una metáfora.
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Metáfora
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