jueves, 14 de abril de 2016

Telarañas

Siento mi cansancio
y esto me recuerda
que estoy vivo,
algo que tiendo a olvidar
asido a las telarañas
del trabajo
y de otras estupideces
humanas.

Y, sin embargo,
con cada agitada reacción
más me enredo en el hilo
del tiempo, y el reloj
necia creación
de la codicia de los hombres
sigue martilleando
los barrotes
tras los que yo mismo
me encierro.

Mientras se teje
la inexorable red que me aleja
cada minuto un poco más
de lo poco que me queda de latido,
la araña me espera,
afilando sus colmillos
para darse el festín
que yo no supe darme.