lunes, 8 de octubre de 2007

Ordena y manda

Me enamoro de todas y de cada una
de las explosiones de vida
de mi terrorismo sentimental.

De unos ojos nucleares
o una boca ávida;
de los versos trágicos
y los colores del tiempo.

Entorno a su cuerpo desnudo,
tras los acentos diversos;
cuando indago en la entrepierna
de las hijas de la casualidad.

Ante los creadores convulsos
desde tus curvas infinitas,
por las esquinas del tiempo
en esa angosta calle de mi ciudad.

Coloco bombas en todo instante
que me reta a exprimir
la inmensidad de lo cotidiano.

Por tus palabras serias,
de sus paisajes neuroticos,
sobre la piel de sus edificios,
y las fachadas de sus rostros.

Bajo la minifalda que se sube,
o el bamboleo de sus libros
ante la musica de los locos
y las amigas de mis enemigos

Por el son de los dumdunes
y de los orgasmos del vino,
entre páginas y condones
por cualquier cama y portal.

Soy adicto a cada segundo
en que mi corazón enrabietado
ordena y manda.

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