viernes, 19 de octubre de 2007

Regalo

Ya he escrito mucho sobre el asunto:
el capitalismo nos produce a la vez
que nos prostituye,
hace que vendamos lo más íntimo
de nosotros mismos
y no me refiero a nuestras pieles desnudas
ni a las ocultas eyaculaciones.

Somos puro intercambio de bienes y servicios
amamos a quien nos ofrece de vuelta
el precio marcado.
Nuestro sentimiento amonedado
sufre los vaivenes del mercado libre
que nos encadena
con los grilletes de la autosatisfacción.

Por mucho que mis versos se solidifican
en la virtualidad de mis blogs
nadie me entiende,
no tengo apenas complices
y siempre me exigen que page el valor
de las etiquetas sociales
el que aparece en el codigo de barras
en los supermercados del deseo.

Ya he escrito demasiado de este tema:
el amor contable nos deshumaniza.
Delirando entre la oferta y la demanda
los orgasmos cotizan en las bolsas
de nuestros valores ductiles
de nuestros principios frágiles

Tenemos que hacer la revolución
en las grandes superficies de nuestra mente
en los mercadillos de nuestro instinto
comercializable
Para cambiar nuestra manera de amar
hay que renunciar a cualquier compra
hay que abjurar de cualquier venta
tenemos que ser total entrega, puro regalo.

No hay comentarios: