sábado, 1 de marzo de 2008

Revolución de los abrazos

No creo en el amor moderado,
definido por la estrecha moral
de los burgueses.
Ni nuestros sueños caben
en vuestras urnas
ni nuestros sentimientos
en vuestros vínculos
represores.

No creo que el amor tenga límites,
que sea un fósforo almacenado
en una caja humedecida.
Soy sensibilidad concentrada
en forma de misil tierra/aire,
sexo/corazón,
explosión cargada con metralla
de besos y latidos.

No pienso que el amor esté atrapado
entre cuatro manos
que se agarran con temor.
Mis versos lanzan granadas inconformistas,
revuelta partisana contra las aduanas
del deseo,
distribución solidaria
entre todos los dioses.

No creo en ese amor moderado
por las reglas cívicas
de la inteligencia emocional.
El amor es tormenta de arena en
las ciudades donde piso,
es estallido de utopias,
militante en la revolución de los abrazos

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