miércoles, 1 de octubre de 2008

Metempsicosis

Mucho ruido y pocas nueces
puesto que tu no apareces
ni al otro lado del teléfono

En Madrid ya caen las noches
con cristales de hielo
y no hay nadie que me abrigue

Inventan formulas nuevas
a traves de las que buscarte
pero ni virtualmente me llenas

Se que te escondes de mi
por razones indescifrables
aunque a veces veo tus destellos.

En la misteriosa mirada
de aquella chica paraguaya
durante la fiesta de Paula.

En la alternativa Raquel
cuando toca los djembes
en cualquiera de los escenarios.

En el acento entremezclado
extremeño, aleman, canario
de la boca de Natalia.

O entre los muslos de Katia
que sin pedirme a cambio nada
me lo da todo.

Podria citar ejemplos cada noche
en cada cruce de caminos
en situaciones cotidianas.

Son reflejos de tu existencia
quizás diluida y fragmentaria
imposible de reunificar.

Te busco en todas los labios
que sobre ti me hablan
en cada uno de los escotes.

Entre sus perfiles navego
moviéndome como las olas
y bendito es el fruto de tu vientre.

Recompongo cada madrugada
el puzzle en que he convertido
la aventura de tenerte.

Reinvento tu cuerpo imaginandolo
con cada pieza que encuentro
en mi búsqueda inútil.

Te penetro en mil encarnaciones
pero siempre hay un mensaje
que sale de ti.

Escucho tu latido en otros corazones
envuelto en distintas pieles
que amo como si fueran tuyas.

Eres y no eres a la vez,
entre circulos viciosos camuflada
mas alla del bien y del mal.

Estas y no estas a la par
que te busco en otras camas
desnuda bajo las sabanas.

Siempre a mi lado te encuentro,
zigzageante metempsicosis,
en lo variable, eterno retorno

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